Oh gafas de sol
que tapan mis ojitos de la radiación,
nunca faltan en mis bolsos
ocultando siempre la dirección de mi visión.
Con vosotras es más fácil cotillear
y las ojeras de la resaca ocultar.
Pueden ser negras, blancas, rojas o amarillas
como las pastillas
pero tienen un efecto mejor:
te hacen ver el mundo de otro color.
De diseño o de mercadillo
siempre a mi estilo le dais un puntillo.
En verano o en invierno
en otoño o primavera,
no hay persona alguna
que vuestra compañía no quiera.
Los niños pequeños las llevan,
las jóvenes, las madres, las abuelas.
Pero estilos masculinos no faltan
y menos ahora que los metrosexuales nos abarcan.
Oh adoradas,
oh gloriosas,
en Grease con forma de mariposa.
Gracias por disimular
los ojos que se me ponen al llorar.
Gracias por hacer
que el sol con las lentillas al fin me deje ver.
Adjunto foto a modo de ejemplo. A la izquierda vemos a Nena luciendo coletitas y bajándose las gafitas de sol, aprendiendo a seducir con la mirada ya desde renacuaja. A la derecha, observamos a Nene, mirando de reojo a Nena. Pequeño fallo técnico porque las gafas no son del todo oscuras y le hemos pillado intentando ligar.
Ay, el amor infantil, qué nostalgia oye.
3 cosas a objetar:
Me encanta la oda!! jajajaja Complemento indispensable y no siempre justamente valorado ;)
Jajaja, se te va la pinza!! Me ha encantado!
una noche de viernes en casa es lo que tiene jajajaja
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