martes, 12 de enero de 2010

Falsa alarma. La historia continua.

He ido a ver al cirujano. Me ha preguntado (por enésima vez en quince días) que si dolía. No, no duele, pica, mucho.
Se ha quedado anonadado, como el resto de los expertos facultativos que me han visto, con cara de "Oh, qué valentía, qué mujer, qué orgullo...." (qué feliz soy, joe, me miran con cara de "quiero ser como tú", me siento realizada).
Pues nada, resulta que el resto de los expertos facultativos (véase, Rusa Loca, señor-que-receta-augmentine-aun-siendo-alérgica, y un largo etc.) estaban equivocados, y por consiguiente, yo también. Puedo seguir con mi vida rutinaria, normal, sin cumplir los mandamientos impuestos por Dabeleg (TOMA ESA!!!!)No no, no lo habían asesinado, sólo lo habían desangrado (Dabeleg, la venganza se acerca, no te duermas en los laureles ¬¬), y por tanto sólo tengo q esperar con ansia que se cierre la herida provocada por el bisturí y cuando menos se lo espere....¡¡¡ZAS!!! a quirófano y adiós muy buenas, siempre nos quedará Mi Culo (ains, dicho con voz trágica suena mejor que así leído sin más).
Yo que ya me había hecho ilusiones de no tener que madrugar todos los días, y de no tener que viajar a Madrid diariamente, y lo más importante, de tener excusa para suspender sin que Papá y Mamá me persigan sin ningún tipo de piedad...
En fin, al menos no duele, y ya puedo hacer deporte sin riesgo de que Dabeleg resurja de sus cenizas (el pobre Die lo estaba pasando mal ya...) jijiji.


Ah, se me olvidaba, lo de las Crónicas de Narnia es mentira, no hay un mundo detrás del armario, ya lo he intentado como medio de escape de mi casa (eso de estar días encerrada es un coñazo oye), pero un chichón me dice que no hay nada. Se siente.

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